Lo que haces no te define

Hace un tiempo que veo deambular por las redes esta y otras frases del estilo que vienen a decir que en realidad no tienes responsabilidad sobre tus actos. Que tus acciones están aisladas de lo que tú eres.

“Es que no eras tú cuando hiciste tal cosa”. Otra de las frases estrella de los últimos tiempos, que además suele utilizarse cuando no acertamos al actuar.

Parece que nos es mas cómodo que un ente externo, llamado emoción (y que, por lo visto, es ajena a nosotros) tome las riendas de nuestra vida.

Así, si el resultado es el esperado nos lo atribuimos a nosotros mismos y a nuestro éxito, pero si no lo es, asumimos que el ente externo llamado emoción ha decidido por nosotros sin que pudiéramos hacer nada para evitarlo.

Este fenómeno recibe el nombre de sesgo de autoservicio o sesgo por interés personal, y consiste en reconocer los éxitos como propios y, en cambio, los fracasos como algo que no depende de nosotros.

Aquí podría ir lo del fútbol?

Siempre que decides hacer algo eres tú, pero eres tú con un pequeño-gran matiz. Sois tú y tu contexto, que no es otra cosa que el momento histórico en el que has nacido, la cultura en la que estás inmerso, el tipo de familia en el que has crecido, tus redes de amistad, tu historia de parejas sentimentales, y otros aspectos.

El contexto siempre tiene la función de ayudar a comprender, de tener en cuenta el mayor número de datos posibles para entender cómo y por qué una persona toma una decisión.

Te he contado todo lo que sí es el contexto, así que considero justo dejarte claro lo que no es.

El contexto no es un salvoconducto, no es una varita mágica que toma decisiones por ti y te exime de toda responsabilidad.

Tu contexto influye indudablemente en tus decisiones, pero no las determina. Sí, léelo dos veces. Tu contexto no determina tus decisiones.

La vida es una elección constante, y cada vez que elijes, te defines, te posicionas. Te comprometes con lo elegido.

Ahora bien, nadie dijo que las definiciones fueran inamovibles. Como te digo, cada vez que decides, te posicionas y te vas definiendo, y esa definición puede cambiar con el tiempo. En positivo o en negativo, eso ya depende de ti.

Pero no cambiará sola. Serás tú quien accione las palancas para el cambio.

Así que sí, amigo/a. Lo que haces te define. Habla de ti y de tus decisiones. Eres tú cuando aciertas y también cuando fallas.

Da miedo asumir la responsabilidad de lo segundo porque tendemos a ver el mundo en términos absolutos: bien o mal. Si fallas, asumes que has caído en el lado del mal, y por eso prefieres no responsabilizarte y haces que tu contexto cargue con el peso.

Te cuento, esto no hace otra cosa que situarte en el papel de la víctima: una víctima de tu ambiente. Y la víctima no tiene herramientas para el cambio. Está condenada a ser inferior.

Sin embargo, si te responsabilizas de tu elección y reconoces que no ha sido acertada, recuperas uno de los poderes más valiosos: el poder del cambio.

¿Todavía sigues pensando que lo que haces no te define?

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